¿Para qué un muñeco de apego?

El muñeco de apego es un objeto transicional, que acompaña al niño en el proceso de separación de mamá.

Al inicio de su vida, los bebés no tienen conciencia de que son una persona en sí misma, se auto perciben fusionados con su madre. A medida que van pasando los meses, con la maduración neurológica y emocional, van sospechando que mamá… tiene vida propia! Pero al principio no se sienten preparados para afrontarlo y esta separación les genera mucha angustia.

Y es aquí donde el muñeco de apego toma relevancia en la vida del niño y la niña. Se trata de un objeto transicional, que lo acompaña en este proceso de separación, mientras asimila y resuelve emocionalmente esta nueva realidad.

En este contexto, muchos niños y niñas depositan en algún objeto específico sus expectativas de cariño y seguridad… y de repente, esa pequeña y suave llama se convierte en la compañera inseparable (e infaltable) de nuestro hijo. Con él se siente protegido, se siente en unión como si estuviera en los brazos de mamá o de papá!.

El objeto de apego es una gran ayuda para la adaptación a la separación: cuando volvemos al trabajo remunerado, o cuando buscamos que el niño o niña comience a dormir en su cuna o en su habitación.

La etapa del apego comienza a hacerse evidente alrededor de los ocho meses de vida… la tan conocida “angustia del octavo mes”; y continúa durante la primera infancia. Alrededor de los dos años, podemos observar el momento de mayor apego… olvidar el muñeco en casa puede convertirse en un verdadero caos. Cerca de los cuatro años, ya irá disminuyendo la intensidad… y en poco tiempo más, la hermosa y suave llama quedará guardada en el cajón de los recuerdos.

¿Cómo tratamos al muñeco de apego? En el caso de que los papás pensemos proponerle a la niña o al niño un muñeco en particular, es recomendable que antes de entregárselo, el objeto escogido duerma con nosotros para que se impregne de nuestro aroma y nuestro calor. Y no lavarlo (tan) seguido.

En el caso de que pensemos proponerle a la niña o al niño un muñeco en particular, es recomendable que antes de entregárselo, duerma con nosotros para que se impregne de nuestro aroma y nuestro calor.

De todos modos, la última palabra es de nuestro peque, quien decidirá si lo adopta como apego o no!

Una vez que haya un muñeco designado es muy importante ser conscientes de que éste se ha convertido en un ser valiosísimo para el niño y debemos respetar su vínculo.

¡Recomendamos! Al elegir un apego, debemos asegurarnos de que sea de material suave y noble como la tela de algodón, sin colorantes tóxicos y, muy importante, tener en cuenta que no posea detalles que puedan desprenderse con facilidad para evitar atragantamiento (por ejemplo: si tiene ojos, orejas, etc. deberían estar cosidos o pintados, nunca pegados).